Dos microempresarios: William Gates, conocido como Bill, y su alma gemela Guillermo Portones, Memo para los amigos. Ambos empezaron un negocio de cochera, son Pequeña y Mediana Empresa (PYMES). Memo y Bill vienen de culturas diferentes.
Bill quería desarrollar su idea y vender mucho, en todo el planeta. Objetivo positivo, lo que sí quiere. Se hizo el hombre más rico del mundo. Cuando vio que eso no era la razón de su existencia, creó la organización para bien social con más capital de la historia. El fruto de su monopolio comercial tendrá un fin humanitario. Vueltas de la vida.
Memo abre su empresa, para no ser más empleado de nadie. El objetivo negativo “no al patrón rico”, se cumple rápido. Un día deja de ser micro y debe contratar gente, pero lo ataca la culpa. Si tiene empleados y sucursales, se vuelve gran empresario. ¿Será él un patrón? El miedo a ser rico lo paraliza. Se bloquea a sí mismo. Trabaja para subsistir, nada más. Cualquier plan originado en el resentimiento fracasa. Ley de la vida.
La abuelita de Memo le dijo que eran pobres pero honrados. Si para ser bueno, hay que ser pobre, los ricos son malas personas. Buscando un poco en El Libro vemos que Abraham era un rico ganadero. Moisés un príncipe educado en palacio. Salomón, además de sabio, era ricachón. María y José recibieron oro y otros regalos finos al nacer Jesús. La madre Teresa aceptó del Nobel como un millón de dólares, se hizo millonaria. Si fuera cierto que poseer riquezas impide ir al cielo, entonces todos ellos estarían asándose en el fuego eterno. Ilógico. Falta una pieza en el rompecabezas.
La clave no es la plata, sino mis sentimientos hacia ella. El amor a la riqueza, ahí está mi caída. Si vivo obsesionado por hacer dinero, mi alma no estará en paz, tendría un dios de oro. Puedo usar los bienes materiales como herramienta para un fin superior. ¿En qué obra usó la madre Teresa el dinero del Nobel?
La satanización de la riqueza en nuestra cultura tiene un origen colonial. La manipulación en esa época evitaba que los pobres se rebelaran. Se les prometía una recompensa en el más allá, y así aceptaban un más acá lleno de carencias. Debemos soltar esa ancla. La cita exacta es: “Bienaventurados los pobres en espíritu”. No dice pobres de billetera. Qué es el espíritu, y cómo se es rico o pobre en él es un tema profundo, que no se define con la orden patronal ni la cuenta bancaria.
Todo empieza pequeño, sí, pero crece. Las PYMES pueden servir para mucho más que subsistencia. Para eso ocupan más ayuda de las ciencias sociales que de las ciencias económicas. Las líneas de crédito están ahí, los bancos hicieron su parte, pero 90% de las PYMES no las usan. Sólo 7% de ellas exportan. ¿Qué emociones le impiden crecer a Memo? ¿Culpa, miedo? Si crece, vende mucho, es responsable en lo social y lo ambiental, entonces hace plata con la conciencia limpia. Una telenovela decía que los ricos también lloran. Parece que los ricos también van al cielo, según como usen las herramientas que Dios pone a su alcance.
César Monge, 01 de noviembre 2008.
Link recomendado:
http://www.myownbusiness.org/espanol/index.html
Publicado.
1. La Nación, 09 de noviembre 2008.
http://nacion.com/ln_ee/2008/noviembre/09/opinion1768904.html
2. Diario Extra, 19 de mayo 2010.
http://www.diarioextra.com/2010/mayo/19/opinion03.php
3. Guión de Claritico3.
http://www.youtube.com/watch?v=KyWFeASJUb8
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