-Calderón Guardia nos dio la Caja.
-Calderón Fournier nos dio el Caja-Fischel.
Ahí termina mi comentario sobre
el artículo del señor José López Trigo, en La República del 03 de mayo, donde
asegura que defender la reputación del señor Calderón Fournier es lo mismo que defender
los valores socialcristianos. Su artículo fusiona en una trinidad, de padre,
hijo y espíritu, a tres sujetos independientes: el papá médico, el hijo abogado
y el espíritu socialcristiano. Como hemos confundido monjes con hábitos, en vez
de promover ideales, idealizamos personas. Siendo científicos y no ideológicos,
yo sí defiendo los valores socialcristianos, aunque no sea militante del PUSC.
Pertenezco a la gran mayoría de ticos que perdimos la fe en el sistema de
partidos políticos, pero aún creemos que hay valores en nosotros.
En este párrafo omitiré nombres para
revisar sólo ideales: El caso Caja-Fischel no tuvo nada de cristiano ni nada de
socialista; se dio por la pérdida total de los valores socialcristianos. Socialismo
es tomar dinero de los más ricos para proveer salud a los más pobres; ahí fue
al revés, la plata para salud de muchos se repartió entre pocos amigos ricos.
Cristiano es no robar, no decir falso testimonio, honrar a padre y madre; los sobornos y mentiras de ese caso deshonran
la memoria del fundador de la Caja, su padre. Cuando vemos sólo principios y no
apellidos, es más fácil diferenciar entre virtudes y defectos.
Nací en el Hospital Calderón
Guardia, todas mis vacunas y salud de infancia se las debo a la Caja; la UCR me
regaló la formación universitaria. Por supuesto que estoy agradecido con la
obra del Dr. Calderón Guardia en salud y educación públicas, metas socialcristianas que me pusieron a trabajar, a
producir riqueza. Mi familia salió de la pobreza con un motor de tres ejes: cuidar
la salud, recibir educación, y trabajar.
Fueron obras socialcristianas y socialdemócratas las que permitieron
recibir la recompensa del esfuerzo individual. Creo en ese sistema que es
efectivo, así surgió Alemania Federal de la posguerra; la evidencia científica alemana y de mi casa
demuestra que funciona. No es lo mismo
ser creyente en una fe que ser fan de una estrella; es triste que aún confundamos
el milagro con la estampita del santo.
Aunque hoy en la dirección del
país añoramos el bipartidismo del siglo pasado, el PUSC no recuperará su
categoría de partido mayoritario mientras siga exhibiendo una pérdida de
valores, una idolatría a caudillos y la oposición al cambio generacional
inminente. Como es un hecho real que los sexagenarios actores actuales están
obligados al retiro, surgen dos tendencias: una habla de responsabilidad en el
gasto público, y la renovación de propuestas, mientras otra se declara abogada defensora
del personaje mítico. Una se ubica en la realidad del siglo 21 y la otra se
aferra al hueso colorado del siglo 20. El pronóstico científico es simple:
Sobrevivirá la que maneje viendo por el parabrisas y no por el retrovisor,
crecerá la que cultive más los principios que la fama y ganará votos la que
ofrezca más ideas que candidatos.
Ing. César Monge Conejo