jueves, 1 de marzo de 2012

Veneno vitamínico para homo sapiens de Crucitas

Una ilustrativa noticia del 8 de febrero pasó casi inadvertida; mencionaba Crucitas pero no la minería: “Pueblos cercanos a Crucitas claman por ayuda”. Unos diez mil pobladores de la zona enviaron representantes a la Corte, con asesoría de un ex Defensor de los Habitantes. Piden fuentes de empleo y escuelas, que están en duda tras el fallido intento de instalar una mina de oro, detenido por diferentes sentencias judiciales.

http://www.diarioextra.com/2012/febrero/08/nacionales14.php

Como una fábula, esta simple nota es interesante según el cristal con que se mire.

Lucha tenaz sin fecunda labor. Estos ticos de pura cepa, no piden bonos de vivienda u otro obsequio, sino trabajo y educación para sus hijos. Sin duda, el mejor producto de las llanuras del norte es su gente, que se suda el chonete de sol a sol. Diez mil personas con ese ímpeto son una enorme fuerza productiva...ociosa. Por ahora el ingreso promedio en la zona es cincuenta mil colones al mes. En Crucitas no viven siempre el trabajo y la paz, porque es imposible la paz con hambre.

Veneno vitamínico. Con el caso anti-minería, ellos aprendieron que en el país son irrelevantes los poderes Ejecutivo y Legislativo, ahora el único que de verdad tiene poder es el Judicial; por eso fueron a la Corte, punto medio entre Zapote y Cuesta de Moras. Saben que el salacuartazo es la versión tica del golpe de estado y que el decreto de interés nacional, de un presidente, es papel de pan en el juzgado contencioso administrativo. Ante tal derroche de fuerza, creyeron que los magistrados podrían crear empleo o reducir pobreza, ¡Qué ilusión! Los jueces anulan a ministros o al presidente, pero no los reemplazan. Nuestro maximus potestatis (o como se diga en latín), su majestad doña Sala Cuarta, es un poderoso veneno inútil como vitamina: puede matar cualquier iniciativa, pero es incapaz de nutrir algo. La magistrada Calzada sí les dio trabajo a los quejosos: “velen porque se cumplan las sentencias”, o sea, ayudantes de juez, ad honorem.

Especie en peligro de inanición. Nuestros ambientalistas hacen marchas y darían su vida por un ara ambigua (lapa verde), pero no hablan nada del homo sapiens (gente) de la zona, especie desprotegida. Estudian con detalle el nido y dieta de las aves, pero no la canasta básica de los vecinos. El pueblo de Crucitas es una llanura deforestada con suelos erosionados, mala agricultura y ganadería, sin La Fortuna de contar con atractivos turísticos, ni industrias, o geotermia, o minerales preciosos. Ante el hambre, el homo sapiens se come el hábitat: corta un árbol para vender la madera y si en el tronco hay un pichón de lapa, se vende por un tucán. El instinto de conservación no permite dudas al elegir entre la casa de una lapa y la comida de un hijo.

Obviemos la minería a cielo abierto, demos por sentado que no nos gusta ese plan A. ¿Cuál es el plan B? ¿Qué propuesta tenemos para evitar la extinción de homo sapiens de Crucitas? Tal vez granjas orgánicas de pollo, o tilapia, o plantas medicinales…pero no hay ideas productivas del mundo real. Hasta el momento los NOístas sólo les han recetado dieta intensiva de papel legal.

Crucitas es sólo un ejemplo de la realidad nacional, nos hemos judicializado tanto que nada avanza. Si seguimos así, el homo sapiens de Costa Rica se extinguirá por parálisis. Estamos a tiempo de salvarnos; cada vez que veamos un NOísta opuesto a cualquier proyecto, debemos preguntarle: “¿Qué es lo que usted sí propone?”. Confío en que pueden ser creativos, si quieren.

Ing. César Monge Conejo.

www.CesarMonge.com

cesarmonge@yahoo.com

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