jueves, 11 de noviembre de 2010

La guerra y la paz en el mismo río.


La primera vez que vi un soldado yo tenía 9 años y mi país llevaba 35 sin ejército. La clínica frente a mi escuela recibía un guerrillero nicaragüense herido en el atentado de la Penca, el Comandante Cero, Edén Pastora, que ya no era del bando sandinista sino al revés. En 1984 me quedó claro que la guerrilla se traduce en lisiados, y cuando se acabó la Guerra Fría, que la guerrilla produce desempleados con sueños rotos. Pastora perdió en las elecciones y se hizo pescador, hasta que el antes enemigo Daniel Ortega le encargara una gloriosa misión. El anciano Comandante Cero a la izquierda del río San Juan, draga el fondo, pero a la derecha tala el bosque y escupe lodo sobre la tierra que una vez le dio refugio, justificándose en un mapa que bajó de Google. Un error de la Guerra Fría fue financiar guerrilleros propensos al cambio de bando y expertos en montañismo. Hoy son mercenarios al servicio de las drogas, terroristas como Bin Laden, o peones políticos de los dictadores pseudo-democráticos. Nuestro error fue facilitar el territorio para enviar suministros a una guerrilla, que décadas después, es incapaz de adoptar la vida civil.

Sin embargo, no toda guerra es mala. Sólo con armas podría el mundo enfrentar a Hitler o Hussein, dictadores militares con afición por las invasiones. En nuestra propia historia, a escala microscópica, la Revolución de 1948 sí incluyó armas y sangre, para hacer valer la voluntad democrática. Las guerras necesarias tienen mucho en común: se defienden valores eternos como la libertad, la verdad y la justicia; el uso de la fuerza militar acaba con prontitud y se devuelve el poder a un líder democrático. Nosotros llevamos este ideal a un nivel supremo: al abolir el ejército se garantizó que no cayéramos en la tentación y así en 1948 Costa Rica aprendió en carne propia para qué sirven las guerras y cuándo se deben terminar.

Costa Rica casi mordió el anzuelo para entrar en guerra, porque tropas vecinas invadieron el país, a escala apenas simbólica, pues son cuatro soldados en un bote acampando a orillas del río; es más grave el daño ecológico cuando se lanzan sedimentos y se tala bosque en nuestras zonas de protección natural. Como pedirle a nuestros policías que enfrenten soldados sería enviarlos a una muerte segura, optamos por la vía del derecho internacional porque todavía estamos en tiempos de paz. Lo malo es que la OEA no servirá de mucho, es una reliquia de la Guerra Fría, donde servía como caja de resonancia de la voz de Washington, mientras que hoy es sólo una fuente de gastos inútiles para los países miembros. Lo más probable es que la acción de la OEA sea insulsa, (insípida, sin gracia): pedirá calma, tiempo y que las partes se sienten a dialogar. Como dialogar es imposible si el otro no quiere, tendremos que buscar otras opciones.

Ir a la ONU y su Consejo de Seguridad es aceptar una cruda realidad: el orden mundial es impuesto por los países que ganaron la Segunda Guerra Mundial, y todavía reúnen el mayor poder bélico global. Finalmente dependeremos de la fuerza de las armas. Cuando se envían tropas de paz, así se llamen cascos azules, son soldados los que imponen respeto. Esta paradoja es sana mientras tanto no se dispare un tiro: las fuerzas de guerra deben servir para la paz.

Costa Rica ha tomado la decisión de cuidar la vida humana (propia y ajena) y de respetar la ley internacional; el video "Derecho a vivir en paz" en YouTube, demuestra una forma respetuosa y constructiva de usar Internet. Ahora queda en jaque la diplomacia; si no logra resolver el conflicto, estaría diciendo al mundo que los foros internacionales cuestan mucho dinero pero no sirven cuando se necesitan, y que todo esto le pasó a los ticos por no tener ejército. Los diplomáticos darían un convincente mensaje armamentista “Vean lo que sucede cuando su gobierno deja de comprar armas”.

Por ahora los ticos cosechamos los errores que sembramos en el pasado; nos queda una moraleja simple: cría cuervos y te sacarán los ojos. Hoy Costa Rica defiende los ideales universales del respeto a la vida humana y a la naturaleza, la justicia y la verdad. El tiempo confirmará que estamos del lado correcto de la Historia.

Ing. César Monge C.
http://www.cesarmonge.com/
cesarmonge@yahoo.com

2 comentarios:

  1. Estimado César:
    No podría estar más de acuerdo con tu comentario. Creo que esta situación ha dejado en claro que la OEA y su Secretario no son más que políticos: quieren quedar bien con todos.
    Ahora bien, que fácil para los nicas invadirnos. Porque no lo hacen con Honduras? Es fácil ser valiente cuando no hay respuesta más que la diplomacia. Los hondureños ya le hubieran puesto una bomba a Ortega y a Pastora en el patio de sus casas y la draga no se llamaría Soberanía, se llamaría Chatarra.
    De todas maneras, esto no es nuevo. Tenemos más de 100 años de estarlos sacando de aquí y cuando esto no ha sido así, los hemos tenido que defender y darles la libertad que no han sabido aprovechar. Bien lo dijo un amigo: Yo sé quienes crucificaron a Cristo...no fueron los que la historia cree...fueron nuestros vecinos!!!!
    Saludos.

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  2. Mi querido César, primero que todo saludarte después de aaaañosss sin verte y a pesar de eso, quiero decirte que no estoy del todo de acuerdo con vos.

    No creo que...no toda guerra sea mala... así sea por defender valores eternos como decís; cuando gente muere, niños y madres sufren, no me atrevería a calificar una guerra de medianamente mala o medianamente buena. Sin embargo y en honor a la confesión inédita que hago en la foto posteada por Karen en su Facebook, no discutiré el punto:) Un gusto saludarte. Eilyn.

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