Resultado previsible.
En este partido en que está en juego el futuro de Honduras, Micheletti anotó el primer gol... pe. Luego, al impedir que aterrizara Zelaya, anotó el 2-0; dejó claro que en la cancha local no cede, aunque todos en las gradas griten OEA... OEA... OEA. Fin del primer tiempo. En la segunda parte, ahora en cancha neutral, el mucho pasabolas enfrió el juego, corre el reloj y pronto se acabará este período. Cada minuto que pasa, consolida el marcador. A menos que haya invasión a la cancha, el resultado es previsible.
Publicado en La Nación, Cartas a la Columna
13 de julio de 2009.
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/julio/13/opinion2024903.html
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