martes, 23 de diciembre de 2008

La gallina del portal.


Tío, a sus 80 años, fabrica el portal desde enero. Además de las figuras clásicas, se incorporan a la gala anual las mejores artesanías del año. Los bueyes y ovejas se completan con otros animales de granja como chanchos, perros y una gallina casi tan grande como los camellos de los reyes magos, detrás de los cuales desfilan una carreta de bueyes y el trineo de Colacho modelo 99 adaptado para resbalar en aserrín color arena. Alguna vez un helicóptero colgaba entre las estrellas escarchadas, y un dinosaurio detrás de los duendes parecía perseguir a los renos, pero lo tenía a raya una iguana alcancía de su mismo tamaño. Las tortugas hechas de medio coco y patas de palo se podrían comer una oveja de cerámica. Supervisan desde lo alto pajaritos de plástico en nidos de verdad. El telón de fondo es papel de ladrillo, además de las orquídeas, canarios, y pericos de amor que son otras de las actividades recreativas de mi tío. Debe ser el desierto con mayor biodiversidad del mundo.

Mi Navidad de infancia con rezo al Niño tuvo un cambio cuando mamá y abuela se pasaron de religión; fueron excomulgadas de casa todas esas imágenes, más la Trinidad y la Santa Cena. Quedó el árbol de navidad para celebrar el cumpleaños de Jesús, salvo en casa de papá cuya religión no celebra nada el 25 de diciembre porque ese día tiene origen en culto pagano al sol, y como nadie sabe la fecha exacta en que nació Jesús, Santa Claus se robó el show. Ya adulto, diciembre no traía a mi mente portales con aserrín y rompope sino chinamos con siliconas y ron.

Hace apenas unos años mamá, tío y el portal se reconciliaron. Al renacer el pasito noté que en su aparente caos hay un gran orden. Recordé que en mi infancia sumé al desfile un pato de hule (no recuerdo si era Hugo, Paco o Luis); mi intuición de niño me hizo colocarlo viendo hacia el pesebre, sabía que todos los peregrinos ven hacia un solo punto central. Desde los ángeles hasta las ranas, el complejo escenario tenía un objetivo claro: dar la bienvenida al Niño Jesús, aceptar el obsequio de Dios Padre. ¡Qué fácil cambié esto por el árbol como escenario para los regalos!

Hoy admiro ese portal como recreación en la tercera edad, como artesanía folclórica, pero sobre todo como expresión de la fe de un hombre. Los modelos a escala son posibles gracias al talento y a ochenta años de experiencia que son regalo de Dios. Tío admira en las aves y flores la Creación que se repite cada vez que un pajarito rompe el cascarón o florea una guaria. Dice fascinado "Ese viejillo sí que hace las cosas bien", no en pasado, sino en presente. Tío me enseñó que la Creación se da a cada minuto; sólo Dios puede crear vida.

Dejé de escribir cartas al Niño, los Reyes o Santa cuando supe que los regalos los traía el aguinaldo, pero seguía exigiéndole cosas a la vida como niño codicioso al genio de la lámpara: "Deseo, deseo, deseo, y si hay una sorpresa, también". Algo cambió cuando nació mi hija, en estas épocas hace un año. Ahora cuando oigo coros en la noche, veo las luces brillar, saboreo un tamal y el cálido abrazo de mi familia huele a ciprés; todos mis sentidos me dicen a gritos que Dios me regala más de lo que necesito, a diario, no una vez al año. Natividad significa nacimiento. Tal vez no sabemos en qué día del calendario solar nació Jesús porque el mensaje de paz, esperanza y perdón renace cada día que respiro vida al salir el sol. Hay un portal en mi casa porque en mi hogar ha habido un Nacimiento.

Este diciembre no sabía qué pedir; mi hoja estaba en blanco, hasta que recordé a la gallina del pasito. ¿Cuál sería el pliego de peticiones de esas criaturas, o los reyes magos? No piden nada, sólo celebran con gratitud el regalo de la vida. Mirando el portal de tío he aprendido a escribir desde el corazón, al destinatario correcto, en Navidad, es decir cada día, una carta de profundo significado, que me tomó más de treinta años redactar: "Dios, gracias".

César Monge.
Navidad 2008.
Publicado en La Nación, 27 diciembre 2008.
http://www.nacion.com/ln_ee/2008/diciembre/27/opinion1823391.html

Publicado en Diario Extra, 20 de diciembre 2010.
http://www.diarioextra.com/2010/diciembre/20/opinion04.php


2 comentarios:

  1. Hola Cesar, mi nombre es Luis Porras Monge, quiero felicitarle por su excelente nota de Lagallina del portal" me gusto muchisimo. Yo resido actualmente en Georgia, USA y casualmente el dia previo a la navidad me invitaron a una cena donde unos amigos "nuevos" ells son Estadunidenses (no se si se escribe asi) pero con mi ingles "atarzanado" le explicaba a una señora la importancia que tiene "el pasito" en Costa Rica, y algunas de sus tradiciones, el rezo, la creencia de que si le regalan un pasito y Ud. no tiene casa propia como decimos alla, el pasito si lo pone directamente sobre el suelo le repara una casita... ella quedo fascinada, pero al final a mi me quedo una especie de sinsabor por que reconozco que eso se ha perdido mucho en nuestro país. Al leer hoy su nota en la nacion, me hizo sentir muy bien por que toda la forma como describe Ud. el portal de su Tío asi mismo recuerdo los de toda mi familia En fin Gracias por compartir esa vivencia y su sentir con nosotros. Y estoy 100% de acuerdo la natividad es diaria y nuestro agradecimiento debe ser ETERNO con nuestro padre Dios.

    Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Estimado don César:

    Disfruté y me conmovió mucho su artículo. Sí, qué bendición celebrar cada día el regalo de la vida. Celebrar a Cristo en nuestros corazones todos los días y dar testimonio de El con nuestras acciones. Dar gracias a Dios por su misercordia cada día y la esperanza que en El tenemos nos une como familia y enriquece nuestra sociedad. Desafortunamente se ha perdido mucho el verdadero sentido de la Navidad. Gracias por compartir su vivencia.

    Carmen Monge
    Docente primaria

    ResponderEliminar

Los comentarios son libres. Libre expresión con responsabilidad. Solicitamos utilizar lenguaje respetuoso. Buscamos mentes positivas que propongan al menos una solución por cada tema.