Sufrimos epidemia de tontosterona, revela un reciente experimento efectuado en el campus de la Universidad de Costa Rica, que tuvo de voluntarios a estudiantes y funcionarios, fue supervisado por el OIJ y documentado por la prensa. Comentan mucho los expertos en Derecho, pero ningún psicólogo ha explicado cómo la violencia nos envenena como sociedad. Los datos del estudio son:
Fase 1. Policías y ladrones.
Es un simple juego de niños (a las niñas no les apasiona): el policía bueno, captura a los malos. El ejercicio de rutina era capturar a un tráfico con las manos en la mordida, billetes marcados, fácil. Alguna novatada dejó que el imputado tomara una moto y pidiera asilo en una República Independiente. Ahora el juego es “misión imposible” y se debió abortar en ese punto, donde ya se perdió la evidencia física. Altos niveles de testosterona impide decir “me rindo” o "fallé". Por suerte no iban tras un psicópata asesino. Frustración, aumento de la presión arterial, tensión muscular.
Fase 2. Orines de macho.
Los mamíferos de la jungla marcan su territorio con orina, nosotros, seres más elegantes, tenemos jurisdicción y autonomía: -“¡Aquí usted no pasa! - “¿Usted y cuántos más?” – “Eche pa´lante”. Esta fase casi divertida no implicó contacto físico.
Fase 3. Pleito de cantina.
¿Por qué nos emociona ver el boxeo, y sube la adrenalina? El público se metió al ring: líderes estudiantiles, sindicalistas y bombetas. Como en la bronca del fútbol o en el pleito de cantina esta catarsis efervescente no tiene bandos, no se sabe quién lanzó el primer golpe, reina el caos. Termina por agotamiento, nadie gana. Esta fase es tan confusa que deberá revisarse en video. Que la lucha grecoromana sea el nuevo deporte nacional, para que al menos se juegue con reglas.
Fase 4. Terrorismo Light.
Unos educados jóvenes bloquean calles, queman llantas y apedrean carros para protestar contra el matonismo y la violencia. Con precisión encuentran paja en el ojo ajeno. El terrorista es tan resentido con la sociedad que pone su lucha por encima de los derechos de los demás. En versión heavy secuestra, tortura o mata prójimos. En versión light sólo atropella el derecho al libre tránsito y se agrede la propiedad ajena, pero ahí está el germen de irrespeto violento. "Puedo hacer lo que quiera para que sufran las consecuencias de ofenderme, ¡Me las pagarán!".
Fase 5. Pandillas y guerrillas.
Es la Fase 4 pero organizado. Ya hay bandos: nosotros vrs. la policía; se programan ataques en tres puntos vitales en hora pico para que sea más notorio. Se suple de palos, piedras y bombas molotov, armas al fin. Llegan refuerzos: sindicatos, diputados y pandilleros para practicar lucha con antimotines. Se irrespeta la autonomía del MOPT sobre las vías nacionales. La ley sólo se usa para justificar atropellos a los demás. ¿La volátil energía de jóvenes a los 20 años debe ser liderada por un hombre de 44 con antecedentes penales?
Fase 6. No queremos llegar ahí.
La rectora de mi querida alma máter queda en posición incómoda. ¿La más prestigiosa casa de enseñanza superior acoge peleadores callejeros en su seno? Por su lado el OIJ no debe ser cuerpo antimotines, un campus no es una embajada, los sindicatos no deben usar los estudiantes como soldaditos de plomo, y quien bloquea calles es delincuente y debe ser tratado como tal. ¿Qué harán estos revoltosos cuando tengan licencia para ejercer una profesión? ¿Más casos de corrupción? Estamos a tiempo. Gracias a Dios no hubo muertos en este peligroso estudio. Empecemos porque cada parte encuentre el leño en su propio ojo, y proponga cómo va a mejorar. Como egresado de la UCR, sé que a veces se aprende más del experimento que salió mal. ¿Qué aprendimos de éste?
Ing. César Monge Conejo.
14 abril 2010.
Creo que este es un buen ejemplo de lo que nos pasa cuando dejamos añejar dentro de nosotros la carga explosiva de resentimiento, enojo y dolor. La "tontosterona" es solo el activador de esa bomba. Todo lo demás es solo el pretexto para "liberarnos" de esa carga tan pesada, aunque nos explote en la cara.
ResponderEliminarNos toca aprender otras maneras de lidiar con nuestras emociones para no tener que llegar a estos extremos.
Excelente escrito. Soy criminologa, amante de las reacciones sociales, las inteligentes, las con causa. A favor del progreso, no del retroceso grecoromano como cita en su texto. Gracias por su pensamiento.
ResponderEliminarAna Maria