lunes, 27 de abril de 2009

La suegra de San Pedro.

Noticias que motiva el artículo:
Sí hay curas casados católicos en España:

Respuesta de un teólogo:
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/mayo/12/opinion1961387.html

La suegra de San Pedro.

Jesús curó la suegra de Pedro, el pescador, uno de los doce apóstoles. Entonces San Pedro tenía esposa; y como normalmente marido y mujer hacen el amor, concluimos que quien los católicos consideran el primer Papa, no era virgen ni casto y aún así, era elegible como siervo del Señor.

En su primera carta, San Pablo le escribió a Timoteo: “…es necesario que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer… que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)”. Entonces un monógamo con hijos puede ser obispo.

Los votos de castidad y celibato se inventaron un milenio después de Cristo, en el siglo diez; no los pidieron San Pedro, San Pablo ni Jesús, ¿A nombre de quién se imponen? En esos 10 siglos hubo curas católicos casados y más de diez papas fueron hijos de papas u otros miembros del clero.

“Hombre de 25 años tiene sexo” no sería portada del diario. Si es soltero, su amiga es cercana y resulta un embarazo; le diríamos que reconozca el bebé, y luego, si conviene, que se case. “Sacerdote tiene hijo” es escándalo lleno de morbo y recriminación. ¿Cómo podemos ser tan insensibles hacia un hermano con cuerpo y alma iguales a los nuestros?

“Varón y hembra los creó Dios” para “crecer y multiplicarse”. Los instintos físicos, y emocionales que me mueven a formar pareja y tener hijos, son parte de la Creación.

Forzar la sexualidad es abuso; negar la sexualidad es agresión, porque violenta la propia identidad. En salud reproductiva la Iglesia Católica es tan irresponsable como agresiva. Como se opone al condón y píldoras, obliga a tener diez niños aunque no haya cómo mantenerlos. Por otro lado es cruel al impedir la paternidad a sus servidores. Un sí y un no a la fuerza. El condón reduce (aunque no erradica) el contagio del SIDA, otras enfermedades y los embarazos no deseados. El Vaticano ignora que hay estadísticas de sexualidad y natalidad muy diferentes en Africa que en Europa debido al nivel de educación sexual, o su inexistencia. Las religiones que tienen pastores casados tienen menos casos de abuso sexual, aunque los hay.

Mi respeto y comprensión para los dos curas de la zona sur que tienen hijos. Estoy seguro que cada sonrisa del bebé les impactó tanto a ellos como a mí o cualquiera que tenga esta dicha. Aunque no los conozco, sé que comparto con padre José y padre Rigo el gozo de oír la palabra “papá”. Por absurdas reglas sociales deben esconder su felicidad a riesgo de perder el trabajo al que han dedicado una vida, y que eligieron por una vocación de servicio al prójimo. Lo suyo es una falta al contrato laboral, pero es acción humana. En el caso del obispo suramericano sí hay abuso por la diferencia de edad entre el cura y su pareja, y hubo abandono. Fue irresponsable al huir, pero ser un humano sexuado no es delito.

El sacerdocio exige sacrificar facetas valiosas del ser humano: sexualidad y paternidad. Una amiga que es laica muy dedicada a la Iglesia dice que el cargo del cura es demandante, y como el sacrificio es tan grande, poca gente se recibe del Seminario, o renuncia tiempo después porque se enamora. Círculo vicioso: más absorbente el trabajo, menos espacio para tener familia, más se arrepienten los candidatos, menos curas, más trabajo que se vuelve más absorbente, etc. La solución puede estar en seguir recibiendo diáconos casados.
Como dijo San Pablo: “…si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando." (1ª Corintios 7)

¿Un Dios que es amor les negaría a sus hijos estas experiencias vitales? No lo creo. El día que nació mi hija me sentí el hombre más feliz del mundo; se abrieron las puertas del rincón más profundo de mi corazón, a un amor puro que nunca antes había vivido. Me sentí realizado como ser humano, fui parte en la formación de una nueva vida. Ese día me vi como parte vital de la Creación, y me quedó claro que Dios es amor.

César Monge.
27 de abril 2009.
Publicado en La Nación 08 de mayo 2009.
http://www.nacion.com/ln_ee/2009/mayo/08/opinion1957583.html

Link útil:
Historia del celibato:
http://www.futurechurch.org/languages/spanish/historia.htm

7 comentarios:

  1. Muy acertado su comentario. La Iglesia Católica debe ya abrir su pensamiento sino quiere seguir perdiendo terreno. Comparto, como muchísimas personas más, su sentir con respecto a este delicado tema///

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  2. Muy interesante su comentario que leí hoy en el periódico La Nación sobre la suegra de San Pedro. Creo que hay que aclarar dos cositas. Primero, la castidad no es abstenerse de ningún contacto sexual, hetero u homosexual o realizar prácticas masturbatorias. La castidad es tener relaciones sexuales (o prácticas sexuales) sólo con la persona con quién es lícito hacerlo. Dentro de los "cánones" cristianos esto quiere decir que sólo se pueden tener relaciones sexuales heterosexuales con el cónyuge legitimo. Si un sacerdote no tiene esposa porque así acordó con su Obispo cuando fue ordenado, no podrá tener relacione sexuales con ninguna mujer. Los sacerdotes diocesanos hasta dónde yo sé no hacen voto para permanecer célibes o “mal” llamado de voto de castidad (voto de celibato). Mal llamado porque la castidad se relacionó con el dominio que tuvo San José sobre sí mismo para abstenerse de tener cohabitación marital con la Virgen María. Esta definición de castidad se enfatizó con las actitudes, primero maniqueístas y luego jansenistas (espero que la memoria no me falle aquí) y ha permanecido en nuestras mentes hasta nuestros días.
    Hay muchos escritos donde se condena la actitud de muchos autores cristianos que hablan de la genitalidad como algo pecaminoso. Pecaminoso es la genitalidad despojada de todo acto afectivo y amoroso, entre la pareja y dentro de la Iglesia Católica Romana, cerrada a una nueva vida. Muchos han dicho hasta el extremo que si no fuera por una relación sexual no tendríamos a ningún Santo, ni al Papa, ni a los Patriarcas Ortodoxos, ni a ningún Presidente y la humanidad ya se habría extinguido. Lo que Dios hizo no puede ser pecaminoso y nunca hubiera dicho, “Creced y Multiplicados”.
    El primer acuerdo canónico sobre el matrimonio de las personas que han recibido el Sacramento del Orden, que en la Iglesia de Occidente tiene tres grados a saber: diácono, presbítero, y obispo y en oriente cuatro: subdiácono, diácono, presbítero y obispo. (Arzobispo, Prelado, Metropolitano, Cardenal son simplemente títulos de honor y a veces con funciones propias y específicas administrativas) fue en el Concilio de Calcedonia por ahí del año 500 (espero que no me falle la memoria porque estoy escribiendo esto de pura memoria). En ese concilio donde se reunieron todos los Obispos del mundo y siguiendo lo que la costumbre definida en los Hechos de los Apóstoles cuando se reunió el primer Concilio, ”les ha parecido a los padres conciliares inspirados por el Espíritu Santo que los presbíteros no se casaran pero que si se podían ordenar hombres casados al presbiterado. Se acordó que los Obispos fueran ordenados de presbíteros solteros o viudos. La Iglesia comenzó a escoger y ordenar obispos preferentemente a hombres que fueran religiosos (los sacerdotes diocesanos no son religiosos) es decir, monjes que sí hacían el voto de celibato.
    Esta costumbre de la Iglesia Universal permaneció sin cambios en la Iglesia, aunque después del Cisma entre Roma y Constantinopla, el Patriarcado de Roma ordenó como diáconos y presbíteros preferencialmente a hombres solteros en tal grado que en el Concilio de Trento, con la Contrarreforma definió que ningún hombre recibiría el sacramento del orden si no era soltero (célibe).
    Pero es interesante. La mayoría de las iglesias de oriente se separaron de Roma, pero quedaron pequeñas minorías fieles al Papa como la Iglesia Maronita del Líbano. Estas iglesias locales mantuvieron la tradición de ordenar al diaconado y presbiterado a hombres casados y esta costumbre ha permanecido hasta la fecha. En otros casos algunos patriarcas de oriente volvieron a darle la fidelidad al Papa en tiempos más recientes. Estas iglesias Católicas Apostólicas y Romanas pero de rito griego, bizantino, melquita, ucraniano, etc. tienen su propio Código de Derecho Romano para las Iglesias Orientales y en este código se permite la existencia de sacerdotes casados, hombres que lo eran antes de recibir el Sacramento del Orden Sacerdotal.
    La Iglesia de Rito Latino (rito mayoritario dentro del Patriarcado de Roma) ha instalado de nuevo el diaconado permanente para hombres casados. Podemos pensar que no está lejos que esto se extienda para el presbiterado a no muy lejano tiempo tal y como lo definió el Concilio de Calcedonia. La Iglesia latina ha aceptado a aquellos presbíteros casados de las iglesias ortodoxas que le dan fidelidad al Papa y les permite ejercer su función como tales. Conozco también el caso de un sacerdote quien era casado en su país. Su esposa fue declarada muerta cuando la guerrilla atacó el pueblo en que vivían. Ya “viudo” entró al seminario y fue ordenado presbítero. Bastante tiempo después su esposa apareció en un país vecino dónde había huido cuando atacaron el pueblo y la guerrilla la perseguía, a ella y a sus hijos. Después se encontró que la mujer asesinada e identificada como su esposa, era otra persona que por la deformación que sufrió su cara, fue mal identificada. Si bien es cierto que este sacerdote no tiene asignada ninguna parroquia, ejerce sus funciones de presbítero como auxiliar o coadjutor del párroco de su pueblo. Muchos ministros protestantes casados que se convierten al catolicismo romano, son ordenados sacerdotes y la Iglesia Latina los acepta como tales. Conozco también, pero no porque lo he leído sino porque me lo contaron que en una zona de Brasil, el Papa permitió la ordenación de diáconos casados permanentes debido a la ausencia total de sacerdotes. Esto no lo he podido confirmar. En muchos países donde coexisten los ritos latino y bizantino de la Iglesia Católica Roma como los Estados Unidos, existen iglesias católico romanas de rito bizantino con sacerdotes casados. Entonces ¿por qué no extender esto al rito latino?

    Carlos

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  3. Por el tìtulo de su artìculo usted repite un argumento que es usado frecuentemente para descalificar al Primer Papa de la Iglesia Catòlica como cèlibe. Por supuesto que el pasaje que habla de la curaciòn de la suegra de San Pedro permite suponer que tuvo esposa, pero lo que no se sabe es si era viudo, pues su esposa no aparece sirvièndole, sino la suegra despuès de su curaciòn.
    En cuanto al tema de los sacerdotes casados, se sabe que es una medida disciplinaria y aunque San Pablo y San Pedro no lo mencionan especìficamente, el primero lo recomendaba en forma especial. En cuanto al Señor usted debe recordar el pasaje que dice:
    "...algunos hombres nacieron eunucos; otros fueron hechos tales por los demás hombres y otros SE HICIERON EUNUCOS A SI MISMOS POR EL REINO DE LOS CIELOS."
    Aunque tal como usted afirma en los primeros siglos se permitìa el matrimonio de los presbìteros, alrededor del siglo X se impuso el celibato como una medida disciplinaria, ya que los miembros del clero no sòlo tenìan esposa, sino que habìan incurrido en concubinato con otras mujeres.
    En la actualidad, debido a la desmoralizaciòn creciente de las costumbres, la proliferaciòn de la pornografìa por los medios y la sensualidad promovida abiertamente como un negocio, es cada vez màs difìcil el voto de castidad en el sacerdocio, por lo cual puede ser que llegue a ser necesario admitir hombres casados al sacerdocio, pero sòlo dentro del clero diocesano. En el clero regular (los que obedecen alguna regla), no serìa posible, ya que viven en comunidad y no podrìan convivir hombres y mujeres.
    Atentamente,
    Carlos II

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  4. Leí el comentario de Carlos II. Sigue los católicos romanos cometiéndose el mismo error. Castidad no es sinónimo de célibe. Casto es el sacerdote de rito oriental que tiene acceso carnal con su esposa, porque esta relación es legítima y lícita. Castidad es tener actividad heterosexual sólo con la persona con quién es lícito.
    Estoy de acuerdo que el celibato puede ser mejor que estar casado para un hombre que se dedica a la cosas de Dios. Pero todo argumento muchas veces forzado como el de nuestro amigo Carlos II es ahora impropio. Pero exaltar el celibato al extremo está mal en una época cargada de pornografía. Los sacerdotes son hombres con sus deseos sexuales como cualquier otro y en esta época que le sale el sexo hasta en la sopa, la tentación es en extremo peligrosa. Mejor que los sacerdotes sean casados en esta época. Si en tiempo de los Borgia ni el Papa fue casto, menos ahora con tanta imagen que promociona la sexualidad, o digamos mejor la genitalidad sensual sin ningún reparo. Pobres sacerdotes bombardeados con todas estas imágines. Y no solo eso, escuchar confesiones de todos aquellos fieles que han faltado a la castidad, muchas veces con lujo de detalle. El deseo salta y le sería lícito compartirlo con una esposa cristiana, piadosa y buena. ¡Qué Dios nos coja confesados!
    También olvidamos como me lo contó un sacerdote a mí. Qué soledad siente un sacerdote cuando todos sus fieles allegados se retiran en la noche y el queda en su casa sin conversar o comentar sus cuitas con nadie la soledad afectiva puede ser indescriptible...

    Carlos
    No puedeo poner nombre al comentario y tengo que ponerlo como anónimo...

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  5. soy cristiano evangelico, pero siempre he respetado a las demas creencias, y estoy de acuerdo con usted porque creo que todo esto del celibato es invension meramente humana, lo que esta escrito en la biblia es claro y no admite duda. por otro lado en lo que respecta al comentario hecho en esta pagina por Don CarlosII bien lo dice el texto al que hizo usted alucion de la biblia, sino tiene capacidad de ser fiel a una esposa y de instruir bien a sus hijos con ejemplo y demas, sobre los buenos principios como lo hara con una cumnidad. Rimosi

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  6. Soy seminarista diocesano de la Arquidiocesis de San José, me encuentro en formación para el sacerdocio. Lei su noticia y espero que si realmente es una persona abierta y que ama la verdad con todos sus pro y contras "autorice" este comentario. No conozco sus intenciones, ni su fe, ni nada de usted, pero cuestiono su derecho para hablar de estos temas,porque sin duda usted no vive en celibato. Deberia hablarlo con mis 157 compañeros seminaristas que habemos, y que creemos firmemente en el celibato, y tenemos el testimonio de miles de sacerdotes que han logrado vivirlo, en verdadera plenitud, y han encontrado una entrega radical por Cristo. Porqué no habla usted con los cientos de sacerdotes que ha diferencia de los pocos que salen escandalosamente en los medios, si han logrado vivir el celibato. Acaso cree usted que la mayoria de sacerdotes de nuestro país no cree en el celibato. El problema no es el celibato, sino entonces casamos a todos los profesores para que no abusen de los alumnos, casemos a los doctores que han abusado de sus pacientes, casemos a todos los "esposos" que han sido infieles, perdón !ya están casados!, entonces pareciera ser que según su criterio la fidelidad es imposible, porque si la solución está en eliminar el celibato. Y los esposos que engañan a sus mujeres ¿viven el celibato?. Duarante mi formación en el seminario he vivido en forma celibe, no soy un como un animal que anda busacando sexo, busco algo más que me satisface de otra forma y me permite vivir pleno y feliz. Hable con los han logrado vivir de esta forma por años, a ver si le dicen que el celibato se deba eliminar. Quiero que quede claro que la sexualidad no es algo malo, es sana, es creada por Dios, tener relaciones sexuales es normal, claro está siempre y cuando se dé dentro del matrimonio.
    No somos como los hombres del paleolitico que tenian sexo con cuanta mujer veian, ni somos como los animales que no hacen diferencia en esto, la sexualidad se vive el amor, fidelidad, comprensión, sinceridad. Tiene algo de malo que algunos hombres queramos por nuestra propia voluntad, porque nadie es obligado en un seminario a vivir el celibato, lo vivimos libremente, porque nos nace y es nuestra aspiración. ¿Tiene algo de malo?, ¿si alguno no puede vivirlo debemos condenarlo?. es cierto que el celibato no fue instaurado por Cristo, y en ningún momento la Iglesia lo ha dicho, se vive porque es la mejor forma de donación por los demás. El que no puede vivirlo, puede ser un santo varón, un santo padre de familia, un hombre justo. No entiendo porque algunas personas no quieren entender estas cosas, menos aun las que lo critican sin vivirlas.

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  7. Estoy de acuerdo con usted. Su artículo es acertado y respetuoso. Soy católico pero no comparto para nada esa idea de que el sacerdote no se pueda casar. Yo no he escrito nada únicamente porque no quiero matar a mi abuela de un infarto.
    Además, ¿cómo va a aconsejar a una pareja sobre la vida en matrimonio si no lo ha vivido, si no tiene la menor idea de lo que eso implica?
    js

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