domingo, 27 de octubre de 2013

Voy a votar por...


Sí, voy a votar, y votaré por mis creencias, como lo he hecho siempre, como una decisión personal basada en  mi experiencia de vida.  ¿En qué creo yo?

Mi bisabuelo fue agricultor descalzo de Coronado, mi abuelo fue panadero, mamá y papá fueron a un vocacional, y yo soy ingeniero. Viví en carne propia que la mejor forma para salir de la pobreza es el trabajo honrado. Por eso el personaje político que creé en redes tiene de eslogan “Trabajador y honrado, Don Burro Diputado”. Representa a cada generación de mi familia que se sudó el lomo para que yo tuviera más oportunidades de las que ellos tuvieron. En carne propia, y con todo mi corazón, yo creo en el trabajo honrado.

Uno de mis abuelos admiraba a don Pepe Figueres,  el otro admiraba al doctor Calderón Guardia y unos primos admiraban a Manuel Mora. Resulta que esos señores no están hoy en la papeleta, decidiré entre los que están hoy. Hoy veo a los políticos cambiándose de partido como un futbolista se cambia de camiseta, por eso no creo en banderas de partidos con sus lindos colores. Yo creo en principios.

Si dejo a otros elegir la película y resulta aburrida, me toca aguantarme dos horas. Si dejo a cuatro gatos elegir gobernantes…me tengo que aguantar cuatro años. Cuando era más joven voté nulo o en blanco para hacer protesta, pero no sirvió; la abstención provocó que diputados se elijan con sólo 20.000 votos y después nos sorprendan con sus acciones. Por eso no creo en el abstencionismo, ni el voto nulo ni en el voto en blanco porque hace demasiado fácil alcanzar el poder. Yo creo que votar es necesario.

Además de voto tengo voz, y por eso hice este blog desde el 2007 para opinar sobre producción, desarrollo y política. Aquí los comentarios son abiertos, mucha gente piensa diferente, y eso es bueno. La variedad de opiniones enriquece la democracia. Yo creo en la Libertad de Expresión.

Hay una ideología perfecta…allá en el mundo de las ideas. Acá en la vida real, veo que de cada ideología, ciertas cosas sí funcionan. Es fácil caer en etiquetas absolutas, pero no debería ser así porque a nivel mundial, del “socialismo” es cierto que la educación y salud pública son herramientas del desarrollo humano, para que haya igualdad de oportunidades. Del “capitalismo” es cierto que la competencia motiva el trabajo,  la innovación, la eficiencia y la producción, para que haya premio al esfuerzo individual. Del “ambientalismo” es cierto que debemos ser responsables y cuidar el planeta, para nuestro propio bienestar. De la “espiritualidad” (no confundir con religión) es cierto que debemos trascender más allá de las cosas físicas, y que la mayor motivación debe venir del espíritu, pasar a la mente y de ahí a lo físico. Lo explico con detalle en este blog y un video de 2 minutos: Yo creo en un progreso de cuatro dimensiones.

Aristóteles dijo, 330 años antes de Cristo, que “no se necesita un gobierno perfecto, se ocupa uno práctico”. Como ingeniero sé que las obras buenas son las que funcionan, y que las obras perfectas sólo existen en los planos. Desear la perfección absoluta es parálisis. Mucha abstención se da cuando busco un partido a mi medida, como traje sastre, que no existe, y entonces no voto. Se crean partidos microscópicos a la medida de tres personas, una pérdida de energía y tiempo. Si buscara una opción que calce perfectamente conmigo, tendría qué hacerme mi propio partido que sacaría un voto en las elecciones (el mío). Aunque no sean perfectas, yo creo en las decisiones prácticas.

En mi casa supieron rendir la plata. De niño siempre tuve útiles escolares y cuando hubo dinero, de adolescente, compraron una computadora para estudiar, aunque nunca tuve un Atari. Sé que caminando se consiguen mejores precios, y que la plata hay que cuidarla porque cuesta mucho trabajo producirla. La plata crece si se pone a trabajar, y desaparece si se gasta en pachanga. En estos 6 años siempre he dicho que sobra pata mal usada, como planteamos en el reto de $1 millón a doña Laura, o cuando advertí que los remiendos en la Platina saldrían más caros que hacer un puente nuevo. Por eso apoyé rebajar deuda política para no gastar en anuncios de tele un monto superior a dos hospitales nuevos. Sugerí cerrar FANAL porque no es prioridad producir guaro, me ofenden los salarios de 2 millones en RECOPE (que no refina desde hace años) pagado con gasolina cara por ticos que en promedio ganan 250.000 cls, y asi por el estilo, es el tema más recurrente de mis artículos. Yo creo que aquí sobra plata, y solo la usamos mal.

Viajando me dí cuenta de lo atrasados que estábamos con los celulares, y cuando les pusieron competencia, fue santo remedio. Hoy veo doble recarga, mil puntos de venta, no me piden depósito para la línea, y veo empleadas domésticas o estudiantes con celular. Tengo más opciones de elegir, mejor servicio y bajos precios. Además he criticado que el arroz de aquí cuesta el doble que en El Salvador porque no hay competencia, y lo mismo pasa con la internet, la gasolina, la electricidad, la leche. Pagamos esas cosas al precio más alto de Centroamérica, porque allá si hay competencia. Ese tema es el más simple. Yo creo que la competencia baja precios y mejora servicio.

El perfil de Don Burro siempre promovió que cambiemos la forma de elegir diputados. Lo publiqué como “Elijamosdiputados al estilo salvadoreño” y creo que las listas cerradas son un obstáculo a la democracia. Yo creo que debemos cambiar la forma de elegir diputados.

No soy jurado de Tica Linda, no elijo gobernantes para que queden de “Miss simpatía” en un concurso. Yo creo que ocupamos gerentes.

Y así, llegué a tomar una decisión que es específica para febrero 2014. Aún no sé por quién votaré para alcalde en 2 años, ni qué haré en 2018. Sé lo que decidí hoy.  Los lectores me han pedido que se los diga. No me importa si ganaré o perderé likes, y no pretendo decirle a nadie por quién votar. Simplemente decidí según mi conciencia, y se los comunico de la forma más respetuosa que puedo. Otros pensarán diferente,  votarán diferente y eso está bien. Yo creo en la Democracia.

Una opción está más cerca de mis creencias, aunque yo no apruebe el 100% de su ideología y sus candidatos no sacan nota 100. Mi decisión es práctica. Mientras algunas opciones del menú me ofrecen ley mordaza, o más impuestos, y otros confunden los excesos con los derechos laborales, hay una opción en que quien va para vicepresidente mostró el plan para bajar déficitdel gobierno a la mitad, sin más impuestos, sólo ordenando gastos, vendiendo FANAL a las cooperativas, cerrando RECOPE aunque la venta apenas alcance para pagar las liquidaciones millonarias, etc.  En esa opción, la abogada profesora de UCR que promueve sistema para poder elegir diputados, sin listas cerradas, con un modelo neozelandés, va de vicepresidenta. En esa opción el plan detrabajo es generar trabajos, y bajar precios poniéndole competencia a la electricidad, la gasolina y el arroz.

Al igual que siempre, voy a votar por mis creencias.  Entiendo que usted vote por las suyas.

Ing. César Monge Conejo.
27  de octubre 2013.

1. Publicado en CRHOY, 29 de octubre 2013.

2. Publicado en La Nación, 08 de noviembre 2013.

domingo, 13 de octubre de 2013

Soy un soplido del Gran Alfarero


La psicóloga preguntó: - “¿Por qué viene?” – “Siento asco de mí, quiero matarme y no tengo los huevos”. Esa respuesta pasó del pecho a los labios sin ser filtrada por mi cerebro. Despojado de todas ganas de vivir, ya me era normal manejar borracho, es decir, suicida y asesino a la vez; despreciaba al prójimo como a mí mismo. Apenas estrenaba ese cartón universitario que diez años atrás se dibujaba como la gran solución a todos mis males, pero la vida seguía siendo un acertijo sin sentido, y por alguna razón, yo quería resolver el enigma.

¿Por qué no me había suicidado, si es tan fácil? No es ningún reto de ingeniería; sé dónde meterme un balazo, o de qué puente tirarme para que la muerte sea segura. Al dar ese primer paso hacia afuera del abismo, descubrí que en realidad no quería matarme, sólo tenía miedo de vivir, que es diferente. 

En el proceso de abandonar miedos añejos y resentimientos ajenos, me perdoné aquéllas culpas que juré llevarme a la tumba y por las cuales me estaba castigando con pena de muerte…ejecutada de a poquitos. Tuve que ponerme en paz con personas que afecté, y aquéllos a quienes culpé por todo lo que yo no pude hacer. Al aceptarme como ser humano, entendí que la Vida no me pide perfección, sólo progreso y así fui encontrando motivaciones para volver a ser funcional. Se había evitado el colapso, pero la respuesta estaba inconclusaApenas estaba ordenando las piezas del rompecabezas.

Pasaron años, con uno que otro día depresivo, o excesos en la comida o problemas de pareja. En el diván, el psicoanalista me hace explorar un sueño recurrente: ser esa estrella de rock al que las mujeres se abalanzan histéricas. -¿Qué sientes? - Que soy irresistible. - ¿Te tocan, te besan? - No, sólo me desean con locura… -¿Se siente usted un bebé deseado?....y ahí me eché a llorar como un niño. -“No”. . Sin que exista culpable alguno por esto, yo cargaba en mi subconsciente. desde el vientre de mi madre, el miedo intrínseco a todo embarazo adolescente no deseado. Mamá no pensó en abortar, por eso escribo hoy estas líneas, pero en un rincón profundo de mi conciencia, se alojó la idea de que mi vida era un error, desde su concepción misma. Descubrir que ese miedo correspondía a otras personas y a otros tiempos, fue un profundo avance, pero la respuesta definitiva estaba aún por llegar.

Al esperar la llegada de mi hija, muchas piezas encajaron de repente. ¿Por qué parejas que intentan fecundación in vitro no lo logran, y otras que ni lo desean sí? ¿Qué pasa en el vientre? Sin ser religioso, recordé la historia de Adán: una pelota de barro, hasta que el Creador sopla vida en él, y una frase: “Dios es el alfarero, nosotros el barro”. Ese día, un video me mostró que, tras la fecundación, las células forman una pelotita, que después se aplasta como tortilla, y luego se dobla, formando la columna vertebral en ese doblez; que el relleno de esta empanadita son los órganos y que del borde, unas aletas conformarán piernas y brazos. De repente supe que la historia de Adán se repite a diario en miles de vientres maternos, talleres del Gran Alfarero. Yo no fui creado por un escultor, a golpe de mazo y cincel. fui creado por un alfarero, que acaricia su obra con paciencia y detalle. 

Hoy siento, en lo profundo de mi ser, que soy mucho más que un conjunto de células, sé intuitivamente que este cuerpo que habito es barro de mis padres, moldeado con detalle microscópico por las manos de un artista; soy una parte de la Creación. Yo soy un soplido del Gran Alfarero.

César Monge Conejo, 11 de octubre 2013.

1. Publicado en CRHOY, 14 de octubre 2013.
2. Publicado por Diario Extra, 16 de octubre 2013.